miércoles, 8 de octubre de 2008

Sabia que no era un domingo convencional, mi sospecha se confirmo dos horas despues cuando me informaron que era lunes.

Asi fue mi vida el fin de semana pasado, me parecía que todos los dias y todas las horas eran un mismo momento en el que me sentía cansado, casi a punto de irme de bruces contra el piso 4 de un apartamento ajeno en Bogotá en el que no pasaban las horas, ni porgresaba el trabajo, ni me sentía despierto, ni dormido, ni feliz, ni trizte.

De esos dias solo quedan recuerdos extraños y un trabajo de tres tomos sobre la............... nada. Seis personas en un apartamento viviendo con un solo fin durante tres dias con sus noches, durmiendo solo retazos mínimos de lo que es el sueño normal en la vida normal de una persona normal, produjeron mucho, pero no son conscientes de ello hasta que el lunes, luego de que se enteran de que es lunes, imprimen 1000 hojas que son anilladas ante sus ojos estupefactos, que ahogan una risa extraña, una risa que no llega a ser feliz, pero que es risa.

Esa risa estuvo saliendo de nuestras bocas y ojos durante nuestra estancia en ese apartamento, que sirvio de instancia para que nuestras vidas se cruzaran. El apartamento es una intersección. Creo que he quedado atado a estas seis personas de manera fuerte, los he conocido en una situación extrema y ellos a mi. Yo mismo me he conocido en demasía.

No recordaba que era capaz de escribir tanto, permanecer tanto tiempo despierto, hacer tantos chistes, cambiar tanto de ánimo, odiar y amar a las personas que tengo al frente en tan poco tiempo.

Todas las ideas posibles pasaron por mi cabeza, interpretaciones del pasado y palnes falsos para el futuro, desempolve como lo he hecho tantas veces mis tendencias de cobarde suicida, que convivieron con las esperanzas de un humanista indecente que en su ridiculo e insensato fondo aun intrenta cambiar al mundo.

Al parecer este fin de semana fue un Aleph de mi vida, todo paso por mi cabeza, por mis oidos, por mis ojos y por mi boca en tres dias que parecen un solo momento compuesto de muchos recuerdos que en este momento no podria ordenar.