viernes, 28 de noviembre de 2008

Un sueño cumplido

Vi un Aguila.

Tengo algo de abatimiento por haberla visto, no me imaginaba lo importante que era para mi hasta que lo hice. La importancia está en que es un sueño de la niñez cumplido: desde que tengo memoria me maravillaron las rapaces y siempre quise ver una en su estado natural. Imaginaba como serian, veía los documentales en los que salían, me encantaban las películas en las que mostraban águilas, me impresionaban las personas que las domesticaban, sentía que esos animales en las pantallas poseían un poder que no entendía, me mostraban una fuerza y un misterio que me hacían abrir mis ojos de niño curioso.

Iba en cicla hacia la biblioteca y en la curva del parque Simón Bolívar de la 48 con 63, me llamo la atención un objeto que estaba entre los paneles solares y el cercado, me pareció más grande de lo normal (siempre me fijo en las aves en los lugares a los que voy)baje la velocidad y la vi. Estaba comiendo algo que no pude ver, agachaba su cabeza con esa articulación grandiosa que distingue las rapaces de otros tipos de aves burdas que buscan la miseria del piso para llenar sus estómagos hambrientos con comida que sus estúpidos ojos encontraron sin esfuerzo.

De cuando en vez levantaba su cabeza para mirar a su alrededor con precaución pero sin abandonar esa arrogancia propia de los que cada día eligen una criatura para alimentarse con su vida. En una de esas miradas, me encontró, se dio cuenta de mi presencia y de mi interés y dejo de comer, no se quedo mirándome fijamente, pero sé que me vigilaba y lo hacía con justa razón pues no podía estar mirando algo mas en ese baldío.

Luego de un par de minutos, y ante mi insistencia y su sospecha de que me estaba convirtiendo en algo mas que un transeúnte casual, se agacho ligeramente y salto abriendo en el acto sus alas para comeenzar a volar hacia unos árboles que se encontraban cerca. Su movimiento continuó mostrando su poder y su altanera confianza.

No pude verla mas y seguí mi camino, al salir de la biblioteca de vuelta a mi casa, la encontré de nuevo en el mismo lugar, comiendo esa misma cosa que aún es desconocida para mi. Tan pronto me vio supo que no me retiraría y voló hacia un árbol que se encontraba en mi dirección y se poso en una rama baja, tal vez a unos tres metros del piso. Cuando voló me dejo ver unas alas anchas y gruesas que estaban atravezadas por una linea blanca al igual que la cola, larga pero fuerte, que se abría exageradamente a la hora de detenerse. Cuando se poso en el árbol pude ver sus patas amarillas y su pecho jaspeado mas claro que el resto del cuerpo.

Hace un par de años comencé a notar que algunas rapaces estaban llegando a Bogotá, las veía en potreros grandes, volando en un punto fijo, al parecer cazando, esto me sorprendía en sobremanera y me quedaba viéndolas cuanto podía. Soy de los que voltea la cabeza en un bus, o se detiene en la mitad de una avenida con la boca abierta cuando veo un animal de estos así como lo hacen algunos sujetos cuando ven un prominente escote. Había visto algunas en la Boyacá con 13, otras junto al centro comercial gran estación, otras en la campiña de suba y algunas entre la Nacional y el parque Simón Bolívar, sin embargo hay una diferencia infinita entre ver un ave volando a 300 metros volando que a 7 en el piso y comiendo. No esperé que alguna vez pudiera tener ese placer enorme en Bogotá.

Pude ver a un Águila por 20 minutos, han sido 20 de los mejores de mi vida y tuvieron lugar en una tarde extraña en la que curiosamente mi mente no podía posarse en ningún lado y me tuvo volando entre los árboles de la felicidad y la tristeza con una frecuencia poco frecuente.

Cuando la vi por segunda vez, la tarde ya era amarilla como lo son pocas en Bogotá y me sentí feliz porque viene diciembre y enero, la temporada en la que la ciudad es mía y puedo disfrutar del silencio que me es ajeno el resto del año, también me sentí feliz de que el águila se aparto de mi presencia por segunda vez, pero esta vez para irse mas lejos que la primera y posarse en uno de los eucaliptos del otro lado de la calle, esto me alegró porque creo que lo mas inteligente que puede hacer un animal es nunca acostumbrarse a los humanos, es mejor que nos teman y no se nos acerquen porque de lo contrario terminaran muertos de una u otra manera o lo que es peor, pueden terminar su vida en una jaula, perdiendo sus minutos uno a uno, conociendo la concepción del tiempo de los hombres y perdiendo la eternidad de los animales, esa eternidad que les da el hecho de vivir la vida segundo a segundo. Curiosamente la vi a través de una reja.

(No soporto los zoologicos, hace unos años fui al acuario de santa Marta y casi lloro de rabia.)

Por un momento me sentí esperanzado al pensar que la vida se abre paso a pesar de todo lo que hacemos los hombres. Espero, a pesar de lo que me dicta mi conocimiento, que el hombre nunca termine de convertir el mundo en una cloaca, replicando así el proceso que muchos llevamos con nuestras almas y con nuestra vida, que se va haciendo miserable cuando nos asimila el sistema y nos desintegramos lentamente en él como la sal en una babosa. Esa es mi visión de la humanidad (el humanista misántropo).

Siempre me apasionaron los animales, de hecho mi vida giró hacia las humanidades solo hace unos 10 años, antes de eso, todo giraba en torno a los animales: leía mucho sobre ellos y cada vez que podía iba a la finca de mi abuela y pasaba horas innumerables y hermosas en el piso viendo insectos o persiguiendo pajaros raros. Ver este animal me hizo recordar todo lo que tuvo mi infancia de bonito, también me hizo recordar que muy pocas de esas cosas están relacionadas con personas.
Un final abrupto y provisional.
Tengo que averiguar que tipo de ave era.

3 comentarios:

Unknown dijo...

caballero, se quien conoce "casi de memoria" las aves de la sabana de Bogotá, de hecho hasta tiene un par de libros con fotos muy bien documentadas de ellas, voy a devolverle un libro y me hago con uno de ellos.

Ivonne dijo...

Te envidio y me siento muy feliz de que hayas tenido un momento tan sublime en una tarde tan bonita como la de hoy :)

danae dijo...

señor misantropo: me produce envidia (de la buena), tu inusitada experiencia.
Se me iluminó el rostro leyendo este post.

:)